¿Es mala la pornografía?
De la pornografía se puede decir mucho; existen desde sus detractores hasta quienes la apoyan. De hecho el mercado pornográfico ha demostrado ser uno de los más rentables del Orbe pero hay algo en donde un gran amplio espectro de la sociedad -y me atrevería a decir que, al menos, toda la occidental- rechaza y es cuando se mezclan niños.
Ya sea si hablamos de que los infantes son los protagonistas de los productos o bien si ellos son -accidentalmente, en un inicio- los consumidores del mismo. Se especula que cerca del treinta por ciento de los menores norteamericanos consumen material pornográfico desde los once años de edad.
Iniciemos hablando un poco de ella -en general-. El término de pornografía viene del griego: pórnē, γράφειν más el sufijo -ía; las dos primeras palabras significan prostituta e ilustrar, el sufijo, por su parte, estado de.
Así pues, la palabra, en conjunto, significa: descripción o ilustración de las prostitutas o de la prostitución. Aunque viene del griego, la palabra no se usó en Grecia; los datos más antiguos de ella provienen de 1800 desde Francia.
Las ilustraciones de cuerpos desnudos son tan antiguas como la misma humanidad; existen restos de tiempos paleolíticos aunque en un inicio éstos no eran usados con fines eróticos sino, más bien, para aclamar a las deidades fertilidad.
Pese a que el surgimiento del cristianismo bloqueó de cierta manera la cultura de la pornografía -que data de India en 2500 y Grecia en el 79 de nuestra era; por mencionar ejemplos- el Renacimiento la hizo reaparecer muy sutilmente en el arte.
Fue con la fotografía que en 1890 surge la primer imagen impresa pornográfica real de una mujer manteniendo sexo oral con un varón en Gran Bretaña. Con el tiempo, y el nacimiento del vídeo, el mercado se amplío lentamente a todo el mundo.
Desde entonces diferentes grupos sociales se han manifestado tanto a favor como en contra. Algunos aseguran que es un producto que genera vicio, algunas feministas alegan que se denigra al género, otros que se desvirtúa el coito y muchos más que trasgrede la ética y la moral.
Países como China, algunas naciones africanas e islámicas la prohíben totalmente; Rusia, India y Australia la permiten bajo ciertas restricciones mientras que la mayor parte del mundo occidental la aprueba siempre que sea para mayores de dieciocho años.
A pesar de ello, como mencioné, muchos grupos lo consideran un mal para la sociedad -la pornografía en general- y se hace o lucha contra ella. Con el surgimiento de la Internet las fronteras -y marcos legales- se rompieron.
Mientras los dueños de los negocios porno hacen lo imposible por vender su contenido -y que éste no se difunda gratuitamente- otros sectores luchan, bajo la bandera de atacar la visualización de contenido sexual en niños erradicar el consumo en todo el sector social.
Una de éstas personas es Josh McDowell, un apologista, conferencista y escritor cristiano evangelista norteamericano quien desde mil novecientos sesenta busca trasmitir el mensaje cristiano por medio del Ministerio Cruzada Campus para Cristo Internacional.
Con su movimiento difunde el mensaje de Jesús además de demostrar que la Biblia es verdadera y asegurar a sus oyentes que el dios cristiano busca una relación íntima y personal con cada feligrés; también promueve que el cristianismo es aplicable -todavía- seguro y recíproco.
Aunque en sus libros presenta un análisis bajo la Alta Crítica -que seenfoca en el estudio de los autores, su proceso deformación editorial, su transmisión histórica y el contexto de formación- de los textos bíblicos presenta dentro de la doctrina que difunde elementos conservadores del contenido bíblico como la innaturalidad de la homosexualidad, la prohibición del sexo pre y extra matrimonial, la promiscuidad y la maldad de la pornografía en general.
Cada quien es libre de opinar acerca de la pornografía, tanto si es buena -o correcta- o todo lo contrario pero lo que sí es cierto -y terrible- son los datos que presenta el vídeo del ministro Josh MacDowell en relación con la pornografía que está al alcance -fácilmente- de cualquier menor con acceso a la Red.
Es por ésto que decidí compartir con ustedes, amables lectores, el material a continuación ya que en ocasiones existen subsidios cristianos -o de cualquier otra religión- que pueden ilustrar un poco a la sociedad en general.
Imagen | Flickr
Visto | Facebook de Neftalí Neri
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