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Poder e influencia de la religión [parte 2 de 2].


Una verdad que se pretende ocultar pero que es a todas luces [y sombras] conocida es el gran poder e influencia de la religión, que, a pesar de ubicarnos en un aparente milenio de luz en cuanto a conocimiento científico, su vigencia sigue, hoy por hoy, todavía presente. 

Ya lo reflexionaba en el artículo que precede a éste, en el cual busqué analizar los eventos que los editores del diario norteamericano The Huff Post consideraron como relevantes en el año dos mil doce. Éste artículo es su continuación.

En la primera parte del mismo expuse las diferentes [dos] tragedias que bajo un matiz religioso afectaron a la comunidad norteamericana; además el cómo en cierto grupo de personas aunque creer en alguna deidad sigue siendo válido no lo es así afiliarse, voluntariamente, a alguna institución religiosa.

La inocencia de los musulmanes, un corto alojado en Youtube donde presentan una imagen bufonea de Mahoma, desató en el año en que los mayas erraron con su supuesta apocalíptica profecía, la ira de cierto sector islámico.

Por contra parte, el mundo pudo conocer gracias al Vatileaks algunos asuntos turbios que suceden dentro de las murallas de la Sede Apostólica que aloja, día y noche, al Sumo Pontífice.

En ésta segunda [y última parte] del análisis tocaré, si bien, cosas un poco distintas, asuntos que tienen muy fuerte vinculación con los anteriores.

[Clic aquí para ver el artículo anterior]

4.- El anhelo de protagonismo femenino dentro de la iglesia católica: en la primavera del dos mil doce, el Vaticano re-formuló sus enmiendas con respecto a la justicia social y al liderazgo de las religiosas en dichos asuntos pastorales.

Las monjas norteamericanas [en EU se hospeda el mayor número de consagradas a nivel mundial: 56, 000] protestaron de inmediato ya que la reforma traía consigo un establecimiento más riguroso de supervisión por parte de los obispos; ellas, de cierta manera justa, reclaman algún grado de autonomía sin desligarse de Roma.

Lo anterior se suma a que gran parte de católicas a nivel globo reclaman aspirar a cargos más relevantes a nivel clerical: un ejemplo claro es al sacerdocio. Otra porción de fieles buscan que las medidas de control natal sean más abiertas por parte del Vaticano: la anticoncepción artificial, aborto, etc.

Vaticano, sus pilares más arraigados, penden y son guiados de manera patriarcal. En siglos pasados la sociedad estaba acostumbrada al control varonil tanto en asuntos políticos como  familiares;  hacerlo en el plano religioso era una lógica extensión.

Con la aparición del movimiento feminista [1950] la médula civil en cuanto a gestión se ha visto, en ciertos grados y niveles, radicalmente modificada. Ahora que la mujer está más involucrada en cuestiones familiares, cívicas, políticas y morales reclama protagonismo clerical pero ese concepto, al menos de manera oficial y vinculada a Roma, está lejos de convertirse en realidad.

5.- El poder de la religión: el rival de Barack Obama para su reelección en dos mil doce fue Mitt Romney quien además de ser republicano tenía en sí mismo algo particular: su fe mormona. Mucho se especuló sobre el cómo, de convertirse en Presidente de la nación norteamericana, afectaría su gestión.

Curiosamente, poco después de las elecciones, una encuesta realizada por Pew Forum reveló que el ochenta y dos por ciento de la población estadounidense aprendió poco o nada del culto mormón pese a que en el país al norte de México se habló mucho.

¿Por qué era tan importante?

Primero, causaba morbo al ser algo en lo que la gente está tan levemente informada: lo desconocido nos resulta seductor e interesante, al menos, el conocer sobre ello.

Otra situación particular era el hecho de que al ser [Romney] tan marcadamente religioso su concepción de la vida y de los asuntos sociales iba a tener un matiz particular, y esto, aunque no debiera de ocurrir en una nación laica, tendría como consecuencia una tendencia.

Algo que también llamó la atención durante los sufragios norteamericanos es que resultaran ganadores, en dos mil doce, dos congresistas de religiones no tan comunes en occidente: un budista y un hinduista.

Nuevamente la curiosidad afloró y, pese a que al momento de la redacción del presente artículo poco o nada se puede saber sobre el peso e influencia de tan singulares cultos en la legislación estadounidense, ambas personalidades estarán constantemente en el ojo del huracán.

Dentro de éste punto queda otro asunto rescatado por los editores norteamericanos: la teocracia que sueña con invadir Medio Oriente. El islam es una de las religiones que más marcadamente buscan acaparar todos los aspectos de la vida de sus fieles: desde qué y cómo comen hasta cómo llegan al Paraíso.

La sharia, la ley musulmana, puede ser interpretada de diferentes formas: de manera radical o literal y, por contra parte, desde un plano espiritual. Terriblemente un grupo nutrido de musulmanes leen dicho código legal de manera apasionada y pretenden, obedeciendo textualmente las órdenes de Alá, aplicar las conductas de norma a todo aquél ciudadano, sea o no de religión islámica.

Es cierto que hubo un momento en que iglesia y Estado estaban homogéneamente relacionados y, lo terrible de todo era, que la primera en la mayoría de los casos era quien ejercía realmente el poder y la legislación.

Pero el siglo veinte apareció a manera de Mesías rescatando y desvinculando dichas instituciones aunque en cierta parte del Orbe se niegan a ceder totalmente el poder. 

Lo que es cierto es que, como bien rescatan los Evangelios: al César lo que es del César; unas palabras que muchos –incluso lectores apasionados de estas citas– se niegan a seguir.

6.- Buscando igualdad entre hetero y homosexuales: nuevamente el cómo son leídos e interpretados ciertos  textos considerados por muchos como sagrados influye notablemente en la pre concepción hacia cierto grupo civil.

La homosexualidad no es algo nuevo, es un elemento que ha acompañado a la raza humana desde sus orígenes; no por nada, documentos tan antiguos como los bíblicos, los mencionan.

La aparente invasión homosexual que tiñe el siglo veintiuno no es otra cosa que valentía por parte de miembros de dicho sector ante un mundo cada vez, supuestamente, más abierto y comprensible.

Es terrible lo que una lectura, unas líneas, un texto pueden hacer pensar y creer a gran parte de personas. Afortunadamente, la Biblia, como ejemplo, ha sido últimamente [siglo XIX, XX, XXI] re-interpretada de manera espiritual, apoyados en la crítica histórica-literaria que cuestiona, en cierta parte, la interpretación e historicidad literal de los documentos.

Pero antes de esos siglos [y seguimos arrastrando tal herencia] cada punto, coma o acento era leído y entendido tal cual se encuentra escrito llevando consigo muchos gestos de intolerancia que, algunos fanáticos modernos [del siglo veintiuno] siguen considerando válidos y necesarios.




La imagen que ilustra éste artículo la obtuve de Flickr mientras que la primera parte del mismo puede verse dando clic aquí y ambos artículos están apoyados en el documento [en inglés] del The Huff Post.

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