Paletas heladas con agua bendita y alcohol.
El veinticinco de febrero de mil ocho cientos cincuenta y ocho un pequeño pueblo de Francia tomó un lugar en la historia, que con el paso de los años, le convertiría en el recinto sagrado mariano más visitado del mundo: Lourdes.
El pequeño lugar -de donde brota agua bendita de acuerdo a la tradición católica- surge después de que Bernardita -la niña que vio a la virgen de Lourdes- siguiera las instrucciones de la virgen y localizara una fuente de donde brota, sin detenerse, agua sagrada o bendita.
Pues bien, el creador -en dos mil once- de un helado hecho a base de leche materna [grr!!] decidió en mayo de dos mil doce tomar como base el agua milagrosa de Lourdes para convertirla en una refrigerio [literalmente] espiritual y relajante, según él.
Icrecreamists mezcla tres partes de agua bendita obtenida de la gruta de la iglesia Massabielle [donde se le apareció la virgen a Bernardita] más una parte de abstenta [bebida prohibida en el siglo XIX con setenta grados de graduación de alcohol] y un poco de azúcar para posteriormente verter el jarabe en un molde [con forma de pistola] y congelarle para obtener su divina creación.
The Vice Lolly -la paleta del vicio-, como titulo O´Connor a su creación, toma tal forma a manera de respuesta -según el blog de la heladería londinense- por tantas muertes que la religión ha causado.
Él, como evangelista del helado, busca con su producto, usar los poderes del agua milagrosa francesa [obviamente lo menciona con ironía] para saciar el apetito vicioso de sus potenciales compradores.
La paleta, por los costos de importación del agua, tiene un valor aproximado de tan solo treinta dólares norteamericanos.
Tanto el vídeo de promoción, como incluso el cómo realizan la paleta, son sin duda provocadores para el fiel católico. Se los dejo, en dicho orden, a continuación:
Creo que si bien cada quien es libre de tanto gastar el dinero en lo que quiera [con fines de no dañar a nadie] y de incluso inventarse lo que os plazca, hay extremos un tanto complejos y delicados ya que aunque el creador no ofende ningún dogma o creencia sí utiliza, descaradamente, un elemento de fe para un sector importante de la población, tanto local como global.
El éxito del helado contrastó lo anterior y promete conservar el producto como parte de su línea permanente. Veremos ahora si en Francia logran tener un poco más de control a la hora de vender el agua que se cree -el catolicismo- milagrosa.
Blog de la heladeria | The Icecreamists
Gruta de Massabielle | lourdes-france.org
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