Festival de cine de Venecia premia, causando polémica, unapelícula "blasfema".
Durante la 69va Mostra de Venecia -Festival de cine- [en dos mil doce] una cinta australiana causó gran revuelo, llegándose a considerar como blasfema, irreverente y anti católica. El film en cuestión corresponde a la segunda entrega de la trilogía Paraíso [Love, Faith y Hope, respectivamente] del cineasta Uirlich Seidl que obtuvo el premio del León de Oro el ocho de septiembre [de dos mil doce].
La cinta, la polémica, se titula Paradise: Faith [Paraíso: fe]; en ella la protagonista Anna María [Maria Hofstatter] interpreta el papel de una auxiliar de rayos X quién es además una ferviente -fanática- católica que, vestida de solterona y con una imagen de la virgen María, va estilo Testigo de Jehová de casa en casa buscando, por toda Viena, promover el catolicismo; además en su casa se flagela, utiliza el cilicio y camina de rodillas mientras reza el rosario.
La historia toma un giro interesante cuando su marido, [Nabil Saleh] musulmán y parapléjico, regresa de Egipto tras a ver pasado dos años con su familia natal. Al llegar intenta desesperado retomar las riendas de su casa luchando constantemente con las imágenes religiosas que ha colgado su esposa en toda la propiedad además de reencontrarse a su esposa que presenta curiosamente para él, un alejamiento atípico.
Y es que, según el director, la soledad que experimenta la protagonista -previa al retorno de su marido- le hace una mujer con un vacío interior, decepcionada del amor, de los hombres y frustrada sexualmente que la conduce paulatinamente a consolarse en su fe que le llevará, consecuentemente -vía su comunidad: las fuerzas de asalto de la iglesia- en un amor -nada espiritual- hacia la figura de Jesús.
Existen dos escenas en el film que han causado la mayor controversia: la primera es cuando la protagonista descuelga un crucifijo, lo besa, acaricia, y de ahí termina, lentamente, masturbándose con la figura por debajo de las sábanas.
La otra: cuando una fotografía del papa Benedicto XVI es botada al suelo aunque además en algunas partes el esposo de Anna Maria lucha incansablemente con tirar, con su bastón, todas las imágenes religiosas -católicas- de su casa.
Algo en lo que fue cuestionado el director es el hecho de hacer latente la devoción extrema católica versus su conservador marido musulmán. Al respecto dijo: la devoción extrema existe en todas las religiones pero [en la actualidad] tenemos tendencia a olvidarle gracias a los fanáticos islamitas que no son nada representativos.
Entre su aguda crítica a la religión organizada -y oposición al extremismo católico- asegura Seidl que la protagonista no comprendió el cómo su adoración ciega a Jesús la condujo, lentamente, a la inhumanidad e incapacidad de sentir amor al prójimo.
Claro es que existen opiniones encontradas, una de ellas fue la del líder de la Liga Católica en los Estados Unidos [Bill Donohue] quien afirmó que Seidl era un mentiroso; niega el holocausto [asegura el líder], lo han arrestado en su país por ello. No esperen [concluye] que un quebrantador de tabúes no rompa otros más: los charlatanes culturales [aseguró] no tienen estómago para romperlos.
Desde luego es cierto que el fanatismo religioso -de cualquier religión, secta o movimiento- es dañino tanto para la sociedad -hace gente improductiva- como para los miembros de dicha corriente y, así como concluye el director yo afirmo que un afecto desmedido a algo -principalmente a la religión- puede conducir, desde luego, a un egocentrismo que dañe nuestra interacción social.
Sana es la crítica y la libertad de expresión es algo de lo que no se debe ni tiene que presidir ni limitar pero ésta tiene un limite: el respeto al otro. Es claro y evidente la crítica al catolicismo de ultra derecha y quizá un poco también al tradicional [al presentar la imagen de un pontífice en el suelo] pero toca fibras muy sensibles incluso de quienes no son tan fanáticos como en el caso de la protagonista del film.
Está claro que a la hora de intentar dialogar sobre éstos asuntos -religión, política- nadie saldrá contento pero hay otras formas, considero, de mostrar nuestro descontento, apatía o crítica hacia una creencia que si bien o no mientras no dañe a otros [en el film solo vemos el contraste de creencias versus actos] no tendríamos por qué meternos.
Aunque si lo hacemos [considerando que están mal], realizarlo de manera más sutil ya que el film puede considerarse, lejos de crítica, una ofensa para algunos creyentes.
Pese a todo en el bLog de miguE busco emitir un comentario neutro y mostrar ambos lados de la moneda; por ello debajo les comparto el tráiler del film [claro, no vemos la escena de la masturbación aunque casi al final apreciamos un adelanto].
Imagen e información | Cine Europa
Comentario católico | ACI Prensa
Tráiler | Youtube
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