Manual de etiqueta para ver personalmente al papa.
Ya sea como obispo de Roma [y líder de la Iglesia católica] o como Jefe del Estado Vaticano, cuando se logra hablar personalmente con él es necesario seguir un protocolo finamente marcado.
El primer acto a realizar es un saludo mediante reverencia que logre, con ello, acercar el rostro a la mano del pontífice a fin de besar el anillo papal [símbolo de su autoridad]. Éste [la alhaja] tiene en su superficie el sello del Vaticano. Si él o la que se encuentra con el jerarca no es católico entonces tendrá que brindarle un trato de Jefe de Estado, estrechándole la mano y jamás darle beso en la mejilla.
Solo se puede hablar con el pontífice para responder su saludo o alguna de sus preguntas y siempre hay que dirigirse hacia él en vocativo y bajo el apelativo de Su Santidad; si por el contrario deseáramos comunicarnos de la manera tradicional, por una carta, al jerarca se le nombra así:
A la Santidad de Nuestro Señor el Papa [como dirección]; Beatísimo Padre, Santidad o Santo Padre [como encabezado]; Vuestra Beatitud o Vuestra Santidad [como cuerpo del escrito]. Tiene que anteceder a la firma del emisor la siguiente leyenda: De Vuestra Santidad humildísimo siervo e hijo o Humildemente se arrodilla a sus pies y suplica a Su Santidad se digne a concederle su bendición apostólica.
En 1980 el protocolo para los varones cambió ya que antes se exigía que cualquier varón, independientemente de su cargo, portara frac al estar frente al pontífice; actualmente se permite el uso de traje oscuro [negro, azul marino o gris Oxford] y corbata en tonos sobrios.
Con las mujeres la cosa es un poco distinta, y la etiqueta en el Vaticano únicamente modificó el uso de vestimenta de otros tonos independiente del negro aunque en las audiencias privadas se pide portar vestido formal en dicho color, sin escote, de manga larga, falda por debajo de las rodillas y una mantilla negra cubriendo la cabeza; en accesorios se invita a que sean discretos y sobrios además es de mal gusto usar zapatos con tacón muy elevado y exceso de maquillaje.
El color blanco está prohibido, en audiencias privadas, aunque, como en todo, hay pequeñas excepciones. Esta tonalidad está reservada, a parte del pontífice, a reinas católicas y de las consortes de los monarcas católicos como agradecimiento vitalicio a que dichas casas reales fueron fieles a la Iglesia en el cisma que condujo a muchos al protestantismo. Las mujeres que pueden usar vestimenta blanca, son actualmente: la reina de España, de Bélgica y la gran duquesa de Luxemburgo.
Fuera de las murallas vaticanas o en actos públicos no existe un código de vestimenta como tal aunque se exhorta al buen gusto de los asistentes y a limitar [evitar] escotes pronunciados y faldas cortas prefiriendo traje sastre negro aunque, si la época del año o la región geográfica lo concede, los tonos pastel están permitidos; se pide, además, que se eviten las telas estampadas o de colores estridentes; el varón con un traje oscuro y corbata cubre perfectamente la sugerencia.
Durante los actos públicos pueden formar parte del grupo que saludan al obispo de Roma los parientes más cercanos del Jefe de Estado del país anfitrión o del séquito que va con el invitado [esposa e hijos únicamente], evitando prometidas o familiares, aunque se permite además a los colaboradores cercanos institucionales en caso de políticos.
Si es una ceremonia pontificia multitudinal únicamente los altos mandos pueden dar el saludo. Para quien come o cena con él se le pide no acercársele demasiado y portar frac oscuro [el chaqué está prohibido] y, en actos públicos, hablar únicamente de asuntos de interés general, nunca de cuestiones personales.
Imagen | Flickr Opus Dei
Bibliografía | Vatican Insider
Imagen | Flickr Opus Dei
Bibliografía | Vatican Insider
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