Meditar es bueno para la salud.
El hinduismo [politeístas] y en general las religiones del sur de Asia como el budismo [adeidífica - sin creencia en algún dios] tienen entre las partes medulares de su doctrina la meditación [yoga]. Por definición se entiende a la práctica como el rito espiritual de la teología hinduísta que tiene como objetivo el cese de toda actividad mental, dominio de sí mismo, control del aliento y posturas en la que el yogui [practicante] pretende unir su alma con lo absoluto.
Y aunque estas costumbres están vinculadas con asuntos espirituales o de pseudociencia [en un plano areligioso] un estudio publicado el treinta de enero [de dos mil doce] en la Revista Psychiastry Research ha demostrado, científicamente, que meditar de forma periódica otorga beneficios a la salud. Explico.
La psiquiatra Sara Lazar, del Hospital General de Massachussets [EU], solicitó a dieciséis voluntarios que nunca habían meditado a realizar la actividad por ocho semanas, veintisiete minutos diarios. Los resultados fueron sorprendentes ya que los cerebros de los pacientes, por resonancia magnética [RM], mostraron significativos cambios.
Para ello se tomaron RM´s dos semanas antes de que iniciaran el rito hinduísta y dos semanas después. El hipocampo, parte del cerebro relacionado con los recuerdos y las emociones, mostró crecimiento además de que la zona pre-frontal del cerebro, relacionada con la memoria, la toma de decisiones y el aprendizaje, también se desarrolló.
La zona témpora-parietal, relacionada con la auto-prespectiva, la empatía y la compasión sufrió alteraciones positivas así como la amígdala cerebral, relacionada con el estrés, sufrió cambios benéficos.
Como conclusión: practicar la meditación ayuda a reducir el estrés, a reducir la depresión, la ansiedad, el dolor e incluso el insomnio [por la conjunción de las partes que sufrieron modificaciones]. Esto se debe, explicó la psicoanalista, a la neuroplasticidad craneal que es una habilidad del cerebro para auto-modificarse [adaptarse].
La doctora también realizó una serie de estudios a personas con antecedentes en la meditación y vía comparación de sujetos similares pero no practicantes mostró que las zonas frontales del cerebro de personas de cincuenta años, yoguis, poseían una zona gris de similar grosor a la que poseen los jóvenes de veinticinco años. Con esto se deduce que una meditar constantemente ayuda también a prevenir el deterioro cerebral.
Los hundístas, y después los budistas, vieron en la meditación una manera de entrar, por la paz que brinda, en armonía con la naturaleza. Siglos después la ciencia les das un poco la razón, de cierta manera, ya que la práctica del yoga [meditar] regenera y fortalece partes psicosomáticas de nuestro cerebro.
Y aunque estas costumbres están vinculadas con asuntos espirituales o de pseudociencia [en un plano areligioso] un estudio publicado el treinta de enero [de dos mil doce] en la Revista Psychiastry Research ha demostrado, científicamente, que meditar de forma periódica otorga beneficios a la salud. Explico.
La psiquiatra Sara Lazar, del Hospital General de Massachussets [EU], solicitó a dieciséis voluntarios que nunca habían meditado a realizar la actividad por ocho semanas, veintisiete minutos diarios. Los resultados fueron sorprendentes ya que los cerebros de los pacientes, por resonancia magnética [RM], mostraron significativos cambios.
Para ello se tomaron RM´s dos semanas antes de que iniciaran el rito hinduísta y dos semanas después. El hipocampo, parte del cerebro relacionado con los recuerdos y las emociones, mostró crecimiento además de que la zona pre-frontal del cerebro, relacionada con la memoria, la toma de decisiones y el aprendizaje, también se desarrolló.
La zona témpora-parietal, relacionada con la auto-prespectiva, la empatía y la compasión sufrió alteraciones positivas así como la amígdala cerebral, relacionada con el estrés, sufrió cambios benéficos.
Como conclusión: practicar la meditación ayuda a reducir el estrés, a reducir la depresión, la ansiedad, el dolor e incluso el insomnio [por la conjunción de las partes que sufrieron modificaciones]. Esto se debe, explicó la psicoanalista, a la neuroplasticidad craneal que es una habilidad del cerebro para auto-modificarse [adaptarse].
La doctora también realizó una serie de estudios a personas con antecedentes en la meditación y vía comparación de sujetos similares pero no practicantes mostró que las zonas frontales del cerebro de personas de cincuenta años, yoguis, poseían una zona gris de similar grosor a la que poseen los jóvenes de veinticinco años. Con esto se deduce que una meditar constantemente ayuda también a prevenir el deterioro cerebral.
Los hundístas, y después los budistas, vieron en la meditación una manera de entrar, por la paz que brinda, en armonía con la naturaleza. Siglos después la ciencia les das un poco la razón, de cierta manera, ya que la práctica del yoga [meditar] regenera y fortalece partes psicosomáticas de nuestro cerebro.
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