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¿Por qué el 21 de mayo de 2011 fue el Juicio Final?

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El fanatismo religioso, sin duda, es algo que sigue vigente en pleno siglo veintiuno y por más descabellado que suenen una o ciertas ideas, éstas toman fuerza –de quién sabe dónde– para paralizar al mundo entero. Podemos hablar de fanatismo al remembrar el WTC de Nueva York o al escuchar el ya popular día del juicio final para el día de hoy: 21 de mayo de 2011.

Un gran terremoto sacudirá la tierra […], uno que jamás el planeta haya sentido en su historia. Las tumbas se abrirán y los restos de las personas […] verdaderos creyentes […] se irán al cielo. Los cuerpos de los que no se salvarán serán lanzados […] y sus restos se desintegrarán de la vergüenza […] Así será hasta el 21 de octubre [de dos mil once]. Cualquiera que quede vivo después de ese día, será aniquilado por el fuego […]
Este tierno deseo convertido en profecía fue hecho por Harold Camping, de noventa años edad, fruto de, según él, más de cincuenta años de estudio profundo de la biblia, capítulo por capítulo. Él inició su proliferante carrera [de profeta e intérprete] hace más de cinco décadas [comenzó en 1961] y entre una de sus famosas profecías fue asegurar la parusía [segunda venida de Cristo] en septiembre de 1994  y su consecuente fin del mundo. 

Todos seguimos aquí e increíblemente lejos de finiquitar su aspiración de Nostradamus moderno volvió a las andadas hace algunos años anunciando el juicio final [21/05/2011] y el fin del mundo [21/10/2011]. Sorprendentemente, pese a su error de 1994 y una vaga disculpa a ello, hay gente, bastante, que le creen y sobre todo, lo apoyan.

Empecemos por un vistazo breve y rápido a dicha profecía, o más bien, al cómo llegó a ella para después desmenuzar, de acuerdo a la información del mismo profeta, el origen de la fatídica fecha.

Se basó en la hipotética fecha de la creación del mundo en el año 11.013 A.C.; ¡ah!, y claro, para él  tal evento sucedió en siete días humanos y el hombre fue formado del barro por manos de YHWH tal cual lo narra el Génesis.

También empleó la fecha en la que creé que Jesús fue crucificado: un viernes primero de abril del año 33; desde luego el biblista hace uso del error en el calendario gregoriano que calculó la fecha del nacimiento de Jesús erróneamente. Concluyendo su existencia, Jesús nació entre el 6 al 10 antes de Cristo y no en el año cero. De esta manera su muerte no se puede datar en el 33 después de Cristo sino unos años antes y el profeta aunque data el nacimiento en el año siete antes de Cristo, le da a Jesús cuarenta años de vida y no 33 como lo afirman los textos bíblicos.

Estos dos datos –la creación y la muerte de Jesús– más la suma de números provenientes de otras citas bíblicas como la del diluvio le hizo concluir en las dos fechas apocalípticas.

Ahora sí, expliquemos poco a poco el proceso de Harold Camping. Recordemos, amigo lector, que para este estudio bíblico el ingeniero civil tardó ¡cincuenta y cuatro años! para finiquitarlo. Así que de que tiene algo de seriedad su profecía, la tiene [léase con sarcasmo].

Iniciemos con los eventos importantes narrados en la Biblia, estos son sucesos que se consideran reales [interpretando literalmente la narración bíblica] aunque el procedimiento para su datación temporal no es expuesto:

En el 11.013 a.C. tuvo lugar la creación. Dios creó al mundo y al hombre [Adán y Eva]; y por cierto la evolución es un error, una blasfemia para el profeta norteamericano.

4990 a.C. es la fecha del diluvio [sí, el de Noé y su barquito salvador]. Siendo más claros, esto sucedió 6023 años después del origen del cosmos.

La natividad del mesías tuvo lugar 11.006 años después de la creación; eso quiere decir que en el año siete antes de Cristo, Jesús nació aunque para Harold, Cristo vivió –como comenté líneas antes– cuarenta años [y no treinta y tres] puesto que su muerte es datada en el 33 después de Cristo, o séase, 5023 años civiles después del diluvio u once mil cuarenta y cinco después de la creación.

Para el anciano profeta la era de la iglesia comenzó con la muerte de Jesús y terminó en 1988, trece mil años después de la creación; este año inició en el mundo un período de 23 años de gran tribulación preparándonos para el fin de la Tierra.

En 1994, recordado por Camping como el año de su fracaso profético, concluyeron los primeros 2300 días de tribulación dando origen, el 7 de septiembre de dicho año, al comienzo del plan de dios para salvar a sus predilectos con una serie de lluvias tardías. Este año es, claro, el 13,006 después de la creación.

El temido veintiuno de mayo de 2011 iniciará el día del juicio final produciéndose un arrebatamiento [ascensión al cielo de los elegidos por dios] dejando en el mundo a los que no se salvarán del final inminente a llegar el 21 de octubre cuando después de 7,000 años posteriores al diluvio y trece mil veintitrés años después de la creación todo en el universo llegue a su fin siendo destruido por el fuego.

Amable lector, se podrá preguntar cómo es que nuestro querido biblista formuló la datación de tan increíbles sucesos. En el folleto que anda circulando en la web se nos dice que los capítulos 5 y 11 del libro del Génesis presentan un preciso calendario de la historia de la humanidad, el calendario bíblico, es el que Harold Camping inventó y emplea para profetizar sus temibles fechas.

Génesis cinco nos presenta a los descendientes de Adán, sí, de nuestro querido primer ser humano. En dicho listado tenemos a diez generaciones, desde Adán hasta Noé. Son diez, nos dicen los comentarios exegéticos de la Biblia Reina Valera, porque el diez, base del sistema decimal, es empleado en los textos bíblicos como un número redondo. Por tanto, esta genealogía pone de manifiesto la continuidad de la historia humana desde la creación del hombre hasta el diluvio. Sobre la basta longevidad de los personajes bíblicos, que se presenta en descenso, vemos como el pecado va minando la naturaleza humana y acortando su vida; mientras el hombre no pecaba sus años de vida eran bastos, conforme fue pecando y alejándose de la voluntad de YHWH, su vida se fue acortando. Todo esto es metafórico.

Después tenemos otro compendio de nombres, pero ahora de los hijos y herederos de Noé; esto en el capítulo once. Esta tanda de descendientes es conocida por los expertos como la tabla de las naciones ya que nos presentan, en forma simbólica, cómo después de la expiación, el dios de Israel fue maquetando los diferentes clanes que conformarían a la humanidad, distribuida en diversos pueblos. ¿Cuántas personas se enlistan? En esta enumeración encontramos mencionados a 70, otro número simbólico, usado como alusión a la perfección, al estar completo.

Usar estos dos capítulos y entenderlos de manera literal es un pequeñísimo error de interpretación bíblica entre los estudiosos serios de la Biblia. Toda conclusión producto de la literalidad que se puede obtener de estos capítulos, por ende, será más que descabellada pero continuemos.

Nos acercamos lentamente a la manera en la que se dató el fin del mundo para el dos mil once. Usemos, como nuestro exegeta, el capítulo 7, versículo 4 del Génesis:
Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre la faz del suelo todos los seres que hice. [Traducción de la Biblia de Jerusalén].
Harold Camping con base a esta cita concluye que el ser humano tendrá siete mil años para su salvación, posteriores al diluvio. ¿Por qué asegura eso? Ahora emplea la segunda carta de Pedro, en su capítulo tres, versículos del 6 al 8:
Y así el mundo de entonces pereció anegado. El cielo y la tierra actuales por la misma palabra están conservados para el fuego, reservados para el día del juicio y condena de los hombres perversos. Que esto solo, queridos, no se os oculte: que para el señor un día es como mil años y mil años como un día. [Traducción de la Biblia del Peregrino, versión de estudio]
Ahora el cálculo:

Tenemos el siete [por los siete días que duró el diluvio] que obtuvimos del capítulo 7 del libro del Génesis, luego ese número lo multiplicamos por mil pues un día para dios es como mil años, esto nos da 7000 [años] esta cifra son el número de años posteriores al diluvio que tendrá la humanidad para salvarse.

Ahora sumamos 4990 [año del diluvio] más dos mil once [nuestro actual año], eso nos da como resultado 7001. Harold dice que cuando contamos desde una fecha del Antiguo Testamento a una del Nuevo Testamento es necesario restar un año ya que no existe el año cero; restando ese año obtenemos: 7000.

De esta manera el dos mil once de nuestra era [año siete mil después del diluvio] es por tanto el año que destinó el dios de los judíos para finiquitar la existencia del cosmos. Hasta aquí hemos obtenido la fecha del apocalipsis en base a lo propuesto por Camping pero: ¿de dónde sale el 21 de mayo y veintiuno de octubre, respectivamente?

Para llegar a dicha conclusión tenemos que recurrir nuevamente al libro del Génesis pero ahora interpretaremos, al estilo de Harold, el capítulo 7 en su versículo 11 y los versículos 16 y 17 del mismo capítulo:
A los seiscientos años de la vida de Noé, en el mes segundo, a diecisiete días del mismo mes, se rompieron todas las fuentes o depósitos del grande abismo de los mares, y se abrieron las cataratas del cielo. [Traducción de la Biblia de Torres Amat del versículo 11]
Y los que entraban eran un macho y una hembra de cada especie, que iban llegando según la orden de Dios. Y Yavé cerró la puerta del arca detrás de Noé. El diluvio cayó durante cuarenta días sobre la tierra. Crecieron, pues, las aguas y elevaron el arca muy alto sobre la tierra. [Traducción de la Biblia Latinoamericana de los versículos 16 y 17]
Para el ingeniero Camping la era de la iglesia inició el día de Pentecostés [cincuenta día después de la resurrección de Jesús], o sea, que la iglesia, su era, inició el 22 de mayo del año 33 [recordemos que ese es el año que el profeta data la muerte de Cristo]. Mil novecientos cincuenta y cinco años después del Pentecostés la era de la iglesia llegó a su fin: el 21 de mayo de 1988, trece mil años después de la creación, y un día antes del día de Pentecostés del año de mil novecientos ochenta y ocho.

El profeta nos dice que el 21 de mayo de 1988 dios dejó de utilizar, al ser el fin de la era de la iglesia, toda congregación u organización religiosa; el espíritu de dios abandonó todos los templos mientras que Satanás entró a gobernarlos: a evangélicos, católicos, cristianos, etc. Omitiendo la referencia bíblica de donde obtuvo el siguiente dato Harold asegura que el juicio sobre las iglesias será por 23 años; esos veintitrés años [u 8400 días] concluyen exactamente el 21 de mayo de 2011.

Pero además existe una manera más, tomando las citas del Génesis [el capítulo siete], de corroborar el dato apocalíptico. Veamos…

Según las citas que toma el buen Camping en el mes segundo, el día diecisiete cerró dios la puerta del arca, la de Noé, para que no entrara nadie más; un adelanto [ahora sí visto de manera simbólico] del juicio final donde el creador determina quienes se salvan [entran al arca] y quiénes no.

Este 21 de mayo de 2011 es en el calendario hebreo el día 17 del mes de Iyar, el segundo mes del calendario judío, así pues, engranan perfectamente los datos del Génesis 7 con la profecía de Camping, claro, según él; este día será, según el profeta, el momento en que dios cerrará la puerta de la salvación al mundo: el juicio final.

Para explicar qué sucederá el día del juicio final, Harold toma ahora una cita del Nuevo Testamento: la primera carta a los tesalonicenses en su capítulo 4, versículos 16 y 17.
Porque el señor mismo, al sonar una orden, a la voz del arcángel y al toque de la trompeta divina, bajará del cielo; entonces resucitarán primero los que murieron en Cristo; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos llevados juntamente con ellos al cielo sobre las nubes, al encuentro del Señor; y así estaremos siempre con el Señor. [Traducción de la Biblia de Nuestro Pueblo]
De esta manera según Camping el 21 de mayo los creyentes que dios haya elegido para salvar serán arrebatados –conducidos, llevados– milagrosamente al cielo para residir con su señor. Y no nos dice que morirán y ascenderán al cielo sino que literalmente los seres humanos escogidos flotarán o volarán hacia el firmamento junto con los muertos, resucitados, elegidos. 

El libro de las Revelaciones o Apocalipsis narra, según el profeta, lo que le sucederá a los hombres y mujeres que se queden en la tierra, los no elegidos por dios el día veintiuno de mayo. También, según Harold, el Génesis lo confirma.

De la humareda salieron langostas sobre la tierra, y se les dio un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra. Se les dijo que no causaran daño a la hierba de la tierra, ni a nada verde, ni a ningún árbol; sólo a los hombres que no llevaran en la frente el sello de dios. Se les dio poder, no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es como el del escorpión cuando pica a alguien. [Traducción del libro del Apocalipsis 9, 3-5 según la Biblia de Jerusalén]
Ciento cincuenta días estuvieron altas las aguas sobre la tierra. [Traducción del Génesis 7,24 según la Biblia Nácar-Colunga]
Hasta aquí hemos llegado a la fecha 21 de mayo como el momento del juicio final pero el veintiuno de octubre surge de las citas anteriores. En ellas leemos que los tormentos durarán cinco meses [aproximadamente son ciento cincuenta días]; este quinteto finaliza, para Camping, el 21 de octubre y con ello inicia el fin del mundo.

Solo una duda: ¿dónde quedó aquello de que un día es para dios mil años? pues si tomáramos de igual manera los cinco meses [o los ciento cincuenta días] como se hizo con los siete días del diluvio tendríamos: 15,000 días de tormento posteriores al día del juicio final conduciéndonos a una fecha nada similar al 21 de octubre de 2011.

Pero continuemos con lo que nos dice Harold. Para predecir lo que sucederá el día del apocalipsis, nuestro buen amigo biblista toma de nuevo el tercer capítulo de la segunda carta de Pedro pero ahora su versículo diez:
Llegará el día del señor como hace un ladrón, y entonces los cielos se desarmarán entre un ruido ensordecedor, los elementos se derretirán por el calor y la tierra con todo lo que hay en ella se consumirá. [Traducción de la Biblia Latinoamericana]
Estos hechos, aclara él, sucederán tal cual lo dicen los textos bíblicos el próximo 21 de octubre [de dos mil once]. Leemos ahora otra cita que toma para predecir lo que sucederá en el final de los tiempos basado en la segunda carta a los tesalonicenses, capítulo 1, versículos 8 y 9:
Cuando venga del cielo entre llamas de fuego para castigar a quienes no reconocen a dios ni hacen caso al evangelio de nuestro señor Jesús. Estos serán castigados con destrucción eterna. Serán arrojados lejos de la presencia del señor, y de su gloria y poder. [Traducción de la Biblia Dios Habla Hoy]
Después de estas hermosas palabras y profecías Harold menciona que nunca es tarde para arrepentirse pues así como Jesús concedió el cielo al buen ladrón [Lucas 23, 42-43] todo ser humano, si se arrepiente sinceramente, profesa fe con honestidad y acepta a Cristo como su señor puede ser salvado el día del juicio final [21 de mayo] ascendiendo al cielo junto con los elegidos aunque aclara, tajantemente: no existe posibilidad alguna que dios detenga su intención de destruir el mundo en 2011.

Ante las interpretaciones fatalistas de Camping surgen personas que amparados en el Evangelio de Mateo, capítulo 24, versículo 36, alegan que el profeta está cometiendo una falla. La cita dice:
En cuanto al día aquel y la hora, nadie lo sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino el Padre solo. [Traducción según de la Biblia Castilian]
Nuestro buen amigo, desde luego, tiene una respuesta muy interesante a sus opositores. Citando textualmente al profeta, éste nos dice:

Dado que ahora hemos alcanzado los últimos días de la historia de la Tierra, es [y siempre ha sido] el plan de dios revelar la información de la Biblia relativa al fin del mundo, incluyendo el momento exacto.

¿Cómo lo sustenta? ¡Claro!, con la Biblia pero ahora no utiliza el Génesis sino el libro de Daniel, capítulo 12, versículo 4:
Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos lo estudiarán y aumentarán su conocimiento. [Traducción según la Biblia Castilian]
Para comprender esta cita tenemos que indagar un poco en su contexto. A Daniel, según el texto, se le anuncia la suerte que tendrán los justos y culpables [de su época]; posterior a dichas revelaciones recibe la orden de mantenerlas ocultas hasta el final, es decir, hasta el momento de su cumplimiento. Esta orden es redactada siguiendo la línea de los libros apocalípticos buscando excitar la curiosidad del lector; por ende, se comete un error –de hermenéutica– buscarle un sentido misterioso a las palabras.

El texto [el versículo cuatro] puede referirse o bien a las visiones de todo el libro de Daniel o a la última visión de dicho profeta expuesta en el capítulo once que nos narra sobre las luchas entre Siria y Egipto y la persecución a los judíos.

La literatura apocalíptica judía, cabe recalcar, tenía un carácter esotérico para que solo los iniciados pudieran entenderla. Daniel deberá entonces tener en secreto lo que acaba de recibir hasta que llegue el momento de su manifestación; en el capítulo 8, versículo 26 se hace la misma recomendación:
Esta visión de las tardes y de las mañanas que acabas de ver se cumplirá, pero guárdala para ti solo pues se refiere a un porvenir lejano. [Traducción de la Biblia Latinoamericana]
Pero claro que el buen Harold ignora todo eso y hace una interpretación –literal– del pasaje de Daniel 12,4.  La exégesis del capítulo, según Camping, es la siguiente:
Según este versículo [se refiere a Daniel 12, 4] dios cerró las palabras y selló el libro [a quien Harold deduce que es la Biblia] hasta el momento del fin […] Dado que ahora hemos alcanzado el fin del mundo, dios revela esta información a su pueblo.
El párrafo anterior es la refutación a la cita de Mateo 24,36 según Harold pero si esto no les convence, el profeta prefiere emplear, ¡cómo evitarlo!, otra cita más de la Biblia que catapulta el por qué se puede saber la fecha exacta de la destrucción del mundo. Esta cita es el capítulo 3 del libro de Amós, el versículo, toma el 7:
Porque no hará nada dios, el señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. [Traducción de la Biblia Reina-Valera]
¿Y quién es un profeta? Camping nos lo aclara: desde el punto de vista espiritual, un profeta es cualquier persona que anuncia la palabra de dios. Por ello, un creyente [cualquiera] desempeña este papel al compartir con otros el Evangelio. El señor nos dice en Amós que él revela información a su pueblo. [De hecho] Dice que no hará nada sin revelar primero su secreto a sus siervos.

Es de esta manera que Camping refuta a sus críticos cuando le mencionan la cita de Mateo.

El fanatismo, como comentamos en un inicio, es un fenómeno que tristemente sigue vigente. Muchos suponemos y estamos seguros que el día de hoy no subirán milagrosamente seres humanos hacia el cielo, ni uno solo, y mucho menos que el 21 de octubre, en cinco meses, seremos testigos del fin del mundo, al menos no de la manera que Harold nos lo cuenta.

El mundo se acabará, eso es sin duda cierto pero no como fruto de una profecía [o de varias] sino del accionar del hombre contra la naturaleza aunque lo más probable es que antes el mismo planeta acabe con nosotros, como lo hizo con los dinosaurios.

Antes de terminar una frase –de esas hermosas– de Camping. Estas palabras son extraídas de una entrevista concedida al diario El Tiempo el 26 de enero de 2011:
Los matrimonios del mismo sexo y las protestas de ellos son otras de las señales que nos indica el umbral del día del juicio.


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