¿Qué es la extrema unción?
No suelo hablar de mí en el blog pues aunque se le puede llamar un blog personal está más enfocado a plasmar ideas, pensamientos, reflexiones, humor, poemas y trabajos de mi escuela; trato de que esta página sea la libreta de un estudiante de licenciatura en ciencias religiosas –con su respectivo pensamiento crítico– y no una bitácora de vida de Miguel Ángel García Calderón pero hoy haré una excepción después de darle un par de vueltas en la cabeza.
El día de hoy [viernes veintinueve de octubre de dos mil diez] me someteré a una cirugía después de un largo proceso de estudios que terminaron por arrojar que lo mejor para mi salud era someterme a ella; el procedimiento: una laparotomía exploratoria con probable resección (corte) de colon (intestino grueso) debido a su enorme tamaño; el tiempo de estancia en el quirófano, unas cinco horas; la recuperación de siete a diez días de estancia hospitalaria y tres semanas de reposo en casa.
Cuando compartí la tarde de ayer lo siguiente en Twitter muchos se sorprendieron y pensaron que mi operación es algo complicada, es verdad, mi situación es delicada pero no se considera de vida o muerte:
Cuando compartí la tarde de ayer lo siguiente en Twitter muchos se sorprendieron y pensaron que mi operación es algo complicada, es verdad, mi situación es delicada pero no se considera de vida o muerte:
Lo que pasa es que tristemente se tiene una mala información sobre el sacramento de la unción de los enfermos enfocándolo únicamente a personas en fase terminal. La doctrina católica dice sobre esto lo siguiente:
Sus efectos (del sacramento) en el fiel son: gracia de consuelo de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de la fragilidad de la vejez; se consagra al enfermo para dar fruto por su configuración con la Pasión redentora del Salvador; se le contribuye al receptor en la santificación de la Iglesia y al bien de todos los hombres por los que la Iglesia sufre y se ofrece, por Cristo, a Dios Padre; y finalmente es una preparación para el último tránsito, o sea, para morir.
Su sustento bíblico es el siguiente:
“¿Está enfermo alguno entre vosotros? Haga llamar a los presbíteros [sacerdotes] de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor” (Santiago 5, 14-15).
De esta manera como fiel de la iglesia católica me he preparado ante el Dios en el que creo (me confesé, fui a misa, comulgué y me dieron la unción) para entrar al quirófano confiado en Él, en la ciencia y en el equipo médico que me intervendrán esperando que las cosas salgan como tienen que salir de acuerdo a la disposición de Dios o como dirían mis amigos ateos, a los asares de la vida.
Estoy tranquilo, confiando y con todo dispuesto para lo que venga pues espero que la cirugía resulte lo mejor posible y sobre todo que sea ésta el tratamiento definitivo a mi problema de salud aunque si no fuera así también creo estar preparado para ello.
Gracias a quienes han ofrecido oraciones por mi salud, a los que me han mandado mensajes vía Twitter, Facebook (la página oficial del blog "facebook.com/facedelblogdemigue") o Buzz para manifestarme sus porras y buenas vibras desde el primer momento en que supieron que estaba enfermo. Seguiré posteando mientras esté en el hospital, a ver de qué se me ocurre filosofar mientras esté con una rajada en el estómago…
Todas sus palabras tanto escuchadas como leídas las llevo en mi corazón; gracias a la tecnología por hacer posible que aún enfermo uno pueda seguir conectado al mundo por medio de la Red de redes.
Les dejo que ya es hora de entrar al quirófano...
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