¿Existe la Tolerancia?
El que todo el mundo se detenga por la inauguración de un mundial de soccer no quiere decir que todas las personas del orbe sean fanáticas o seguidoras de dicho deporte. Lo mismo pasa con todo: comida, partidos políticos, religión.
Lamentablemente nuestro mundo contemporáneo no es partícipe de la tolerancia, de ningún tipo. A quien piensa diferente a nosotros simplemente lo rechazamos o incluso, lo agredimos. Tratamos locamente de hacerle cambiar de opinión argumentando que lo que el profesa, cree o sigue está mal. Que simplemente es ilógico o que no es real.
En el ámbito religioso esto se incrementa un poco más ya que al necesitar el hombre siempre una respuesta a todo lo que sucede en su entorno siempre crea o encuentra respuestas diferentes.
En la mitología vemos un amplio abanico de pensamientos y formas de encontrar un por qué a todo cuanto percibimos y sentimos pero al mismo tiempo la historia nos dice que en lugar de admirar y respetar las diferentes ideologías personales de cada quien el ser humano lucha porque el que piensa o cree de manera opuesta se convierta.
En esto la apología ha jugado un papel fundamental. Muchas veces y en cierta medida creo que está bien Hablar o abogar en defensa de algo -definición de apología- y es válido siempre que se justifique como respuesta a una primaria agresión.
Usar la apología en donde rechazamos y se tacha de hereje una doctrina -de cualquier índole- sólo con el afán de conseguir más adeptos no lo veo conveniente. ¿Por qué?
Usar la apología en donde rechazamos y se tacha de hereje una doctrina -de cualquier índole- sólo con el afán de conseguir más adeptos no lo veo conveniente. ¿Por qué?
Como les platico líneas arriba, creo que debemos de tener una tolerancia y por consiguiente un respeto. Ambas palabras se complementan de una manera singular y es tristemente hoy en día en donde menos vemos esto.
Es más fácil burlarse o agredir la manera de pensar de otro que pretender entenderlo, aceptarlo y convivir con él -o ella- armónicamente respetando nuestras diferencias de pensar, creer o vivir al encontrar que pesan más nuestras similitudes: vivimos en el mismo planeta, compartimos el mismo aire, necesitamos el mismo sol...
Es más fácil burlarse o agredir la manera de pensar de otro que pretender entenderlo, aceptarlo y convivir con él -o ella- armónicamente respetando nuestras diferencias de pensar, creer o vivir al encontrar que pesan más nuestras similitudes: vivimos en el mismo planeta, compartimos el mismo aire, necesitamos el mismo sol...
No existe una religión verdadera, esta pequeña frase en negritas puede suponer una anatema a quien ose pronunciarla pero es verdad. Para un católico su religión es la verdadera, para un musulmán Alá es el Verdadero Dios, para un budista el llegar al Nirvana es la única justificación a la existencia humana.
¿Hay alguien que está en lo incorrecto? No. ¿Hay alguien que tenga la verdad? Tampoco. ¿Por qué? ¿De dónde partimos para delimitar un concepto subjetivo como es Dios? Y digo subjetivo por el hecho que cada quien -creyente- lo siente, lo percibe y lo vive de una manera distinta. Igual que un ateo lo ve como a un ser imaginario.
¿Hay alguien que está en lo incorrecto? No. ¿Hay alguien que tenga la verdad? Tampoco. ¿Por qué? ¿De dónde partimos para delimitar un concepto subjetivo como es Dios? Y digo subjetivo por el hecho que cada quien -creyente- lo siente, lo percibe y lo vive de una manera distinta. Igual que un ateo lo ve como a un ser imaginario.
Si todos entendiéramos que para el creyente su credo es el Verdadero y para otro creyente dicha doctrina es la Única podríamos ver y vivir en un mundo mejor porque comprenderíamos el hecho de ser diferentes respetando dichos elementos diversos sin imponer ni agredir otra doctrina o manera de pensar diferente a la mía que sólo yo -y quienes comulgan conmigo- creen que es errada.
Imagen | La Pulga Snob
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